Bendito sea Dios, Padre de Nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en la persona de Cristo, con toda clase de bienes espirituales y celestiales. (Ef 1,3).

La Iglesia de Aguarico siente profunda gratitud para con Dios y para la Iglesia Universal, hoy gloriosamente pastoreada por su Santidad el Papa Juan Pablo II, que muy próximamente nos entregará sus mejores bendiciones.

Nos sentimos verdaderamente deudores en el Señor, con Vtra, Excia. Mons.. Maximiliano Spiller y todos los misioneros de la Misión Josefina que consagraron sus mejores energías a la tarea evangelizadora en los treinta primeros años de la historia moderna de las Misiones del Napo.

Reciba Monseñor, los sentimientos de reconocimiento y gratitud al mérito de los sembradores de la semilla evangélica en esta parcela amazónica del Señor en aquellos tiempos verdaderamente difíciles y heroicos.

La Iglesia de Aguarico quiere agradecer en la misma forma a todos los Misioneros Capuchinos que, al impulso ferviente y audaz de Mons. Jesús Langarica y con la colaboración corresponsable y eficaz de las Misioneras de la Madre Laura, los Hnos. de la Doctrina Cristiana de la Salle, Misioneras de Acción Misionera Seglar, Misioneros del Sagrado Corazón, Misioneras Dominicas del Rosario, Misioneras Terciarias Capuchinas de la Sagrada Familia, un Diácono y dos Sacerdotes Misioneros Diocesanos, laicos autóctonos comprometidos en gran número, han consagrado así mismo sus mejores energías y algunos sus vidas en holocausto a la tarea evangelizadora para instaurar el Reino de Dios en la segunda etapa de otros treinta años de Prefectura Apostólica de Aguarico.

Toda esta magnífica labor misionera, las necesidades siempre crecientes y sobre todo, la floración de seglares autóctonos comprometidos en misiones de evangelización, catequesis y promoción de su propia gente, ha sido favorablemente evaluada por la Santa Sede, la Nunciatura Apostólica, la Conferencia Episcopal Ecuatoriana y los Superiores Mayores de la Orden Capuchina, evaluación que ha sido acogida con gran
simpatía por el corazón apasionado de las misiones de su Santidad Juan Pablo II elevando a esta naciente Iglesia a la categoría de Vicariato Apostólico.

En estos momentos de alegría, elevamos fervientes oraciones y acciones de gracias al Señor que ha dirigido los acontecimientos y los hombres para la realización del proyecto histórico de la Iglesia de Aguarico.

Animados por la acción del Espíritu que vive entre nosotros, nos sentimos mucho más comprometidos comunitariamente para seguir creciendo en la vida eclesial, realizando la verdad en el amor y actuando en la medida de los dones de cada uno de nosotros, hechos en humilde servicio todo para todos hasta que Dios sea todo en todos. (Ef 4,15-16).

Permitidme en estos momentos Excmo. Mons. Maximiliano Spiller, depositar en vuestras manos el signo externo de nuestra gratitud hacia la Misión Josefina y a Vtra. Excia. como Fundador de Nuevo Rocafuerte y de la Prefectura A. de Aguarico en aquel girón de la Patria y hoy habéis completado vuestra misión consagrándome como Primer Vicario Apostólico de la Iglesia de Aguarico. La Leyenda dice:
MONS. MAXIMILIANO SPILLER
Y MISIÓN JOSEFINA
FLORECIÓ LA SEMILLA
IGLESIA DE AGUARICO,
9-XII-1984.

Queridos hermanos todos: al recibir en este día la plenitud del sacerdocio, quisiera abrirme en actitud de humildad y servicio hacia todos y cada uno de vosotros que constituís esta Iglesia particular de Aguarico; ésta abarca el territorio de tres cantones: Cantón Orellana, Cantón Aguarico, Cantón Shushufindi; sus gentes forman un mosaico complejo de grupos étnicos de diferentes culturas e idiomas: los Huaorani, los Sionas, los Secoyas, los Cofanes, los Shuaras, los Quichuas, colonos nativos y colonos inmigrantes, trabajadores, comerciantes, fuerzas del orden público, empleados de instituciones gubernamentales como Gobierno, Educación, Salud y otros, como también de personas dedicadas al petróleo y a la agro-industria. Os saludo a todos con sentimientos de verdadera amistad y estima y quiero deciros que cuento con cada uno de vosotros para trabajar juntos en la promoción de una nueva cultura de amor basada en la justicia; una nueva Iglesia con capacidad comunitaria de vivir el amor fraterno; una Iglesia donde seamos verdaderamente hermanos, fundamentalmente iguales, todos participando y asumiendo los servicios de todo género en favor los más pobres y entendidos como dones de Dios; con equilibrio entre las varias funciones eclesiales y de autonomía seglar.

Dios nos ha creado para ser libres por la fe y la verdad; esta nos compromete en una conversión personal y comunitaria para liberarnos de todas las esclavitudes morales de injusticia, egoísmo, odio de individuos y grupos; nos compromete a desterrar de nosotros el abuso del poder, diferencias injustas por la explotación del hombre por el hombre, mejorar los sistemas de producción, distribución y goce de bienes económicos, sociales.

En nuestra Iglesia, nacida en la confluencia de varias nacionalidades indígenas de diversas lenguas y culturas, está llamada a descubrir las semillas del Verbo, no asumidas todavía por ella.

Los grupos humanos primitivos como los Huaorani, Sionas, Secoyas, Cofanes, Quichuas, Shuaras, han tenido "maneras propias de vivir su relación con Dios y su mundo". "Su encuentro con Cristo se hace en situaciones inéditas" ofreciendo por tanto, expresiones, maneras y actitudes inéditas de vivir el Evangelio como salvación universal.

Es preciso reconocer su derecho de conservación de la propia identidad como pueblos, su derecho a establecer sistema escolar que respete y fomente sus propios idiomas y cultura; su derecho para ser amparados por las leyes justas y adecuadas para la tenencia legalizada de sus tierras y para organizarse para poder (aspirar a) ser artífices de su propia promoción económica, social y religiosa.

Es urgente, por otra parte, organizar una colonización más ordenada y adecuada, respetando los derechos de los colonos y grupos étnicos primitivos y en justo y acogedor equilibrio con las necesidades de los hermanos verdaderamente necesitados y que amparados por leyes justas vienen a formar un único pueblo y una nueva civilización de amor, basada en la justicia, participación y comunión de hermanos.

Como humilde servidor de esta Iglesia, quiero invitaros a todos a trabajar con esperanza y alegría en la formación del Reino de Dios sobre la tierra.

Y antes de terminar, permitidme saludar a mis familiares:
Felisa, Kontixita, Iñaki maite maiteak: Alaittasun aundia emandiazute, Jaunari eskerrak ematen laguntzara etorii zeratelako. Eraman nere onesti samur, bero ta sutsuenak anal ta arreba, ozaba ta izeba, lengusu ta senide, adiskide ta eritar guzientzat .. Biotz botzez, ala izan dedilla..

También mi saludo especial para mi familia Huaorani:
Buto bara, buto mempo, huaorani memorani..
Minito pomini huaimo imba; buto nani moni tobopa. Huaponi iminipá! Iñomo, Huinuni oncone, Huinuni Huaimo iminipa, amonipa! Amutamini, huaponi ina.
Hununi epene giite, mono Huinuni huiñarani imonipa - tomaanani memorani, guirinani bacandpa.Huinun hua quevi, Doroboro gote, onco-onco ate, Taparo Anameni (akevina ate, Ahuemuro Kevina ate, huaponi kevimini ana, amini.
Daikahuo anami, nani moni oina ate nani moni kena kete, memorani guirinani ate guiñenamai, tapa anamai iminipa ana, amini.
Huiñini mono Mempo ina. Tomena iteri guahuaricaate, nanki, apaica ate iñente, huaponi inandapa.

Para terminar, quuiero que me ayudéis a pedir a la Madre del Buen Pastor y Madre de la naciente Iglesia de Aguarico y Madre de sus Apóstoles:
- Que la justicia y el amor fraterno, conquistados día tras día, reine siempre en esta parcela del Señor,
- Que sean promovidos los derechos humanos de los Huaorani, Sionas, Secoyas, Shuaras, Cofanes, Quichuas y de todos los grupos de inmigrantes marginados; que la Iglesia pueda presentarles un Evangelio asequible a sus diversas culturas primitivas, así como también un Evangelio con amor ecuménico para todos nuestros hermanos en Cristo.
- En fin, que podamos ofrendar al Señor una Iglesia de Aguarico Evangelizada y Misionera.

Fr. Alejandro Labaca Ugarte

Puerto Francisco de Orellana (Coca)
9 de Diciembre de 1984.